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No todos los volcanes provocan catástrofes destructivas.
Uno en concreto nos muestra su poder de creación.
El Kilauea se encuentra en el corazón de las islas de Hawái y es uno de los volcanes más activos del mundo.
Monte Kilauea, Hawái
Desde 1952, ha entrado en erupción 34 veces, ¡y la actual se inició en 1983!
Pero este volcán es especial: surgió directamente en el océano, y durante el proceso creó una cadena de islas.
Durante millones de años, la lava que se encontraba miles de metros por debajo de la superficie del océano escapó continuamente a través de fisuras y grietas de la corteza terrestre, para después enfriarse por capas y crecer de forma gradual.
Con el tiempo llegó a situarse por encima del océano y dio lugar a formaciones montañosas únicas y espectaculares.
El Kilauea sigue comportándose de forma ligeramente distinta al resto de los volcanes.
En lugar de ser increíblemente destructivo con su entorno, expulsa un flujo continuo y reducido de lava líquida en sus inmediaciones.
El Kilauea se clasifica como un volcán en escudo.
El gigante más pesado y menos explosivo del mundo volcánico.
Volcán en escudo
Esta maravilla natural se ha convertido en uno de los destinos turísticos más populares de la isla.
Y continúa alterando el paisaje de Hawái.