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Desde arriba, el océano abierto parece un territorio infinito, estéril y yermo.
Pero bajo la capa superficial del océano hay una inmensa cantidad de formas de vida.
Esta es la zona epipelágica o fótica.
Zona epipelágica:
Profundidad: de 0 a 200 m
Temperatura: de -2 a 40 ºC
Mucha luz solar
En esta zona, las plantas microscópicas como el plancton y las algas convierten la energía solar mediante fotosíntesis.
Y donde hay plantas, también hay animales.
El krill y los peces pequeños comen algas y fitoplancton y, a su vez, atraen a depredadores como el marlín rayado, el atún, el pez vela, el delfín, los tiburones ballena e incluso aves.
Y las rayas se alimentan de las huevas de los peces.
El océano abierto no ofrece refugio contra los depredadores, pero los desechos flotantes y las algas pueden ayudar.
Y a veces, el vacío de la zona epipelágica se ve truncado por montañas submarinas que se elevan miles de metros desde el fondo del océano.
Montañas marinas
Es un lugar relativamente seguro para que los peces más jóvenes crezcan, y también para aparearse.
Aunque nunca es totalmente seguro.
Los depredadores como el tiburón martillo patrullan estas zonas.
La zona epipelágica o fótica está llena de vida.
Pero unos cientos de metros por debajo subyace un mundo muy diferente.