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Los insectos y otros animales de todo el mundo se aprovechan de las hojas y los nutrientes de las plantas.
Algunas han decidido vengarse.
Las plantas carnívoras emplean varias adaptaciones para cazar y digerir insectos, a menudo para complementar su dieta en entornos duros.
Drosera
Los vivos colores de la drosera atraen a los insectos pero estas gotitas brillantes de sus pelillos no son néctar precisamente.
Están formadas por una sustancia muy pegajosa que atrapa a los insectos curiosos.
Antes de que se escapen, los tentáculos de la drosera capturan rápidamente a los invasores y los digieren.
Venus atrapamoscas
La venus atrapamoscas usa una trampa con resorte.
Los pelillos de estas hojas especialmente adaptadas actúan como gatillos.
Cuando la presa intenta escapar, la atrapamoscas se cierra con más fuerza y las glándulas interiores producen ácidos digestivos que matan y disuelven a su víctima.
Al acecho bajo las plantas acuáticas en flor se encuentra un sigiloso cazador subacuático: la utricularia.
Utricularia
Esta especie captura pequeños organismos en trampas tipo vejiga.
Cuando las presas rozan los pelillos gatillo conectados a la puerta de la trampa, la vejiga se abre de repente y penetra agua.
La presa penetra al mismo tiempo y se digiere lentamente.
Planta cántaro
Las hojas verticales de la planta cántaro se llenan de agua para capturar a sus víctimas.
Los insectos acuden atraídos por el néctar de la cara inferior de la tapa.
Una vez sobre la hoja, la resbaladiza superficie no perdona y la mayoría cae al agua y se ahoga.
Las glándulas de la base del cántaro segregan enzimas que ayudan a digerir el cadáver.
Algunas especies de planta cántaro recogen más de 2 l de agua, y atrapan y matan pequeños roedores.
La mayoría de las plantas son solo presas, la base de la cadena trófica, pero otras son elegantes cazadoras sigilosas.